Vasija de Alabastro

Jesús vino a ser ejemplo de vida y una vida llena del Espíritu Santo, cada momento, cada decisión, cada palabra, siempre fue guiada por el Espíritu de Dios y su gracia toco a quienes compartían con Él; eran inspirados por el Espíritu Santo a seguirle sin duda alguna.

En los evangelios podemos encontrar muchas personas que compartieron con Jesús, y en su compartir, sus vidas fueron transformadas, dando un giro de 180°, uno de estos personajes fue María de Betania, quien se despojó de su perfume de nardo para ungir a Jesús.

En la época de Jesús, perfumes como estos eran de las posesiones más preciadas que una mujer podía tener, ya que muchas veces se utilizaban como dotes para su matrimonio, porque el costo era sumamente alto. Para darnos una idea, en el evangelio de Marcos y Juan se dice que el costo de este perfume es equivalente al salario de 300 días de trabajo.

Esta mujer, da su dote a Jesús, da todo lo que tiene, y le unge con este caro perfume, nadie sabe lo que significa este sacrificio para ella, nadie sabe cuál es el costo real de su perfume, a cuánto tuvo que renunciar para dar esta ofrenda, pero muchos de los presentes se quejan de su acción, diciendo que era un desperdicio, que si se vendía, el dinero podía ser utilizado para ayudar a otros. En cambio, Jesús ve esto como un acto de amor puro y verdadero, de desprendimiento y de entrega.

Cuántas veces hemos sido nosotros como aquellos discípulos que critican a esta mujer por darse sin reservas, por realizar un acto tan radical, a muchos de nosotros nos parecería absurdo utilizar este perfume como lo hizo María, posiblemente diríamos que es un desperdicio, pero ¿no ha dado Jesús su vida por nosotros?, ¿Cuánto más vale una vida?.

María es un gran ejemplo para nosotros. Entregarnos a él con todo lo que tenemos y rendirnos a sus pies a pesar de nuestro pasado. María representa a todos aquellos que desean ser tocados por él, seducidos por Jesús para ser bendecidos y cambiar nuestras vidas, pero esto significa dar un sacrificio, dar todo lo que tenemos sin temor a que sea excesivo, porque no podemos rendirnos a medias, debemos dar todo lo que somos y todo lo que tenemos, para que así él sea quien obre en nosotros, pero sólo cada uno sabe cuál es el sacrificio, cual es el costo del perfume en nuestra vasija de alabastro.

"Jesús había ido a Betania, a casa de Simón, al que llamaban el leproso. Mientras estaba sentado a la mesa, llegó una mujer que llevaba un frasco de alabastro lleno de perfume de nardo puro, de mucho valor. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Algunos de los presentes se enojaron, y se dijeron unos a otros:

—¿Por qué se ha desperdiciado este perfume?  Podía haberse vendido por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres.

Y criticaban a aquella mujer.

Pero Jesús dijo:

—Déjenla; ¿por qué la molestan? Ha hecho una obra buena conmigo. Pues a los pobres siempre los tendrán entre ustedes, y pueden hacerles bien cuando quieran; pero a mí no siempre me van a tener."

Marcos 14: 3-7