top of page
Buscar

Instrumentos del Señor

  • Foto del escritor: Mary
    Mary
  • 26 feb 2018
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 11 sept 2019

Escuchar el llamado de Dios es difícil y muy pocas veces creemos que se pueda realizar. Como Moisés dudamos y no creemos ser capaces de llevar a cabo la tarea que el Señor nos encomienda, pero, ¿no es el creador de todo? ¿Quién más puede conocernos tan profundamente, sino nuestro Padre?.


Cuando Dios llamó a Moisés en el monte y le dijo que su propósito era liberar a los Israelitas de Egipto y Moisés le respondió: " !!Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua." ( Ex 4: 10). Cuántas veces no hemos dicho nosotros lo mismo, hemos encontrado mil razones por las cuales no somos capaces de cumplir su voluntad; que al fin al cabo son excusas para justificar nuestro temor y falta de fe.


El Señor nunca nos dará una tarea que no podamos llevar a cabo, él pone esas inquietudes en nuestro corazón porque sabe que nosotros somos capaces de eso y mucho más, lo que pasa es que nuestra humanidad e inseguridades nos paralizan y no nos dejan trabajar para Él.


A mí me tomó 15 años poder darme cuenta que el señor me había elegido para danzar mucho antes de que mis papas me llevaran a mi primera clase, y aún dudo ser capaz de poder cumplir con las tareas que el Señor me pone. Y después de todo ese tiempo e de incontables coreografías, horas de ensayos, oración, formaciones… Cuando llega el momento de ejecutar la misión dudo, mi mente me dice que no estoy lista que me falta mucho para poder estar al nivel que debería estar mi ejecución, y me paralizo, he incluso lloro de la angustia antes de salir a bailar, y me digo una y otra vez que pudo estar mejor y encuentro innumerables excusas para decir que no salió bien, pero ¿qué es más importante, la técnica, como ejecuto la tarea o poder llevar el mensaje y ser un instrumento para que El toque los corazones?


Si cuando nos preparamos lo hacemos con excelencia, dando el cien por ciento, poniendo todo en manos de él, a pesar del cansancio y la frustración que el proceso nos puede hacer sentir, no importa si nos caemos cuando entregamos lo que hemos preparado, al fin y al cabo el Señor se vale de muchas maneras para enseñarnos y muchas veces esas caídas son las que nos enseñan a levantarnos y a ser testimonio de que no somos perfectos pero podemos salir adelante porque vamos de la mano de nuestro Padre.


Y esto lo podemos aplicar en nuestra vida diaria, vas a estar en el lugar que el señor necesita, aunque esto signifique para nosotros intranquilidad emocional, financiera, social… Sólo debemos confiar en el proceso y dar nuestro todo. Al final vamos a poder ver su obra y las maravillas que él ha hecho mientras nos usa como su instrumento.






Comments


bottom of page